TDAH: Soluciones rápidas a problemas difíciles.

María , de nueve años, está suspendiendo varias asignaturas en el colegio. La dirección del centro ha advertido a sus padres  que si la situación continua tendrá que repetir curso. Según  su tutora, María no presta atención en clase ; distrae a sus compañeros, se niega a escuchar , no obedece indicaciones y no cumple con los deberes . En clase no se queda quieta ,habla, ríe ,molesta y esto está perjudicando su relación con el resto de los niños.

El diagnóstico  de la psicóloga escolar es rotundo: hiperactividad y trastorno negativista desafiante. Considera que debería ser llevada al pediatra para que este le recete Rubifen al tiempo que recomienda  una terapia conductal.

El caso de María no es un ejemplo aislado. Según datos recientes se calcula   que entre el 3 % y el 5 % de los niños de todo el mundo padecen TDA . En EEUU, el  porcentaje de diagnosticados alcanza el segundo puesto en trastornos a largo plazo. De ellos un 20 % toma Ritalina u otro fármaco similar ; en España, entre el 3 y el 7 % ; en Reino Unido , el 10%. En este momento aproximadamente uno de cada diez niños en primaria y uno de cada cinco en secundario está siendo medicado.Y la lista sigue.

Datos que hablan por sí solos

El Trastorno por Déficit de Atención   es un trastorno biológico  cuyos síntomas principales son la impulsividad, problemas de aprendizaje y falta de concentración. Cuando incluye hiperactividad se denomina  TDAH y a su vez ambos pueden estar combinados con otro tipo de conductas. Aunque normalmente es diagnosticado en menores de edad existe un  número elevado de adultos  que presentan  estas dificultades a lo largo de toda su vida sin recibir ningún tipo de tratamiento.

En los últimos 25 años  se ha percibido un crecimiento considerable de la presencia del TDA en medios especializados  así como una tendencia a su medicalización. Este patrón , popularizado en Estados Unidos, se ha expandido a otros países. La pasada década, las indicaciones de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad han aumentado un 53%

Ya en 2006  el New England Journal of Medicine advertía que el 10% de los niños menores de 10 años estaban bajo medicación por TDA. Los fármacos recetados para este trastorno se dividen en dos tipos: Estimulantes (metilfenidato/dexanfetamina), siendo el más común Ritalin. Y ISRS , antidepresivos, como  Prozac , Zoloft  o Strattera. En la esfera médica el Ritalin es conocido como “cocaína pedriática” ya que su efecto es similar al de las anfetaminas.

Un problema  de diagnóstico.

Observando estadísticas resulta obvio que la medicalización de niños ha comenzado a generar gran preocupación en determinados sectores. A pesar de que su presencia en medios de comunicación generalista o debates políticos es prácticamente nula el colectivo que reniega del uso de fármacos en menores y mira con escepticismo el diagnóstico de TDA es cada vez mayor llegando a  convertirse en una cuestión polémicamente discreta, pero a largo plazo, ineludible.

La problemática de la situación reside en dos puntos clave. Por un lado, hasta la fecha no existen pruebas  suficientes para definir el TDA como un déficit neurológico. Y por otro se plantean también serias dudas acerca de la idoneidad de los métodos diagnósticos.

CUESTIONARIO.jpgEn relación al segundo punto uno de los métodos diagnósticos preliminares más empleado son los cuestionarios.

A rellenar por padres y profesores comprenden un número de aproximadamente 100 preguntas que tienen como objetivo ayudar a determinar si el diagnóstico de TDA es o no correcto.

Las preguntas deben responderse indicando el grado de frecuencia de cada comportamiento.  Es cierto que este tipo de test poseen cierta utilidad a la hora de detectar o descartar síntomas en un niño con algún tipo de problema y así poder acotar la búsqueda del tratamiento adecuado.

La subjetividad como palabra clave.

La duda surge al emplear este método diagnóstico  no como  herramienta complementaria o de apoyo sino principal. La mayor parte de las cuestiones recogidas  se ajustan a actitudes presentes en un porcentaje muy elevado de la sociedad. Evitar tareas que requieren esfuerzo o presentar dificultad de organización son problemas rutinarios de cualquier persona. Por tanto ¿ es fiable esta técnica en un campo tan subjetivo como la psicología ?

Son muchos los factores que explican este desmesurado crecimiento del TDA y su consiguiente tratamiento médico.  Ejerce un peso considerable el papel de los padres, que aterrorizados frente a la idea de que su hijo quede “excluido” del mundo se apresuran en buscar una explicación racional y una solución rápida. Está además  la presión ejercida por  los laboratorios una industria que genera millones en beneficios  y cuyos intereses condicionan por tanto decisiones a nivel político, económico y médico. En tercer lugar  , la actitud de muchos profesionales  al la hora de  realizar un diagnóstico en pacientes de tan temprana edad. Y por último ,el ámbito educativo .Escuelas que deben lograr una supuesta “excelencia” y que reproducen la exclusión de un mundo en el que “pertenecer” es un privilegio.

El psicoanálisis, una aproximación alternativa.

En relación a este último punto existe una corriente de pensamiento que rechaza de pleno la mera existencia del TDA: el enfoque psicoanalítico . El psicoanálisis defiende la necesidad de escuchar al niño y valorar  su situación . Sólo así se llega a la raíz del problema, normalmente producto de factores anteriores (en el seno familiar, en el colegio…) que confluyen en determinados síntomas. Aquí entra en juego la propia subjetividad del profesional en ocasiones condicionado por  su situación personal,las propias tendencias médicas del momento u otras externalidades.

Carmen Bermúdez, psicoanalista madrileña achaca esta » condición de epidemia» del TDAH a que «Hoy en día vivimos en la cultura de la inmediatez. Queremos que las cosas sucedan rápido y bien, solucionar los problemas de la manera más sencilla y efectiva posible sin pararnos a pensar en que sucede a largo plazo. Esto explica que elementos como los fármacos se hayan convertido en atajos populares para mejorar las calificaciones escolares por ejemplo.

Por ello defiende el punto de vista psicoanalítico ya que propone que  «cualquier síntoma es una expresión de algo que pasa detrás. Cada niño es único y esos síntomas se manifiestan de una manera o otra, acorde con las preocupaciones   y estructura psíquica del niño . Es por eso que con el diagnóstico automático de TDA se cierra toda posibilidad de que un niño que se encuentra en pleno desarrollo de carácter  lo haga de una forma propia ,natural” 

Menciona además la falta de responsabilidad (en determinadas ocasiones) de profesionales educativos y médicos que no llegan a ser conscientes del grado de influencia ejercido en el diagnóstico y tratamiento del niño :»Existe un protocolo en educacion mediante el cual ante la falta de concentración la bajada de notas se menciona la palabra TDA y se recomienda la visita al pediatra. Esto hace que los padres acudan al médico y al psicólogo con ciertas ideas preconcebidas»

En su opinión la verdadera raíz del problema se halla en el hogar , en el miedo e inseguridades de los progenitores y la necesidad de atajar :»Cuando un padre o una madre no encuentra claramente una causa física que pueda exceder  a la responsabilidad que tiene en la educación de su hijo se arma una red de complicidades en la que la solución es medicar al niño ya que se ha convertido en un problema familiar,en el ámbito escolar..».

A pesar de todo aclara que en determinados casos » la medicación es necesaria , niños que tienen algún tipo de trastorno psicótico que precisan de medicación para mejorar su calidad de vida. Pero siempre y cuando se acompañe de terapia y un control parental. La cosa es que no se generalice y medicarse no acabe por convertirse  en algo rutinario»

Efectos secundarios y a largo plazo.

Las implicaciones directas de medicar a niños en periodo de desarrollo tanto físico como mental son numerosas. Ya los efectos secundarios de estimulantes y antidepresivos llenan los  prospectos . Desde  posibilidades de retardo en el crecimiento, de anorexia e insomnio a ansiedad ,descenso del apetito y tristeza.

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Sin embargo lo que verdaderamente preocupa a los expertos son las secuelas a largo plazo. Ingerir estos fármacos desde una edad temprana y de manera regular deriva con el paso del tiempo en comportamientos de riesgo , como adicción a sustancias estupefacientes. Y en los casos extremos el consumo de antidepresivos puede convertir a un niño medicado  en un adulto que sufre de psicosis , ansiedad , tendencias suicidas u hostilidad. Una vez mas , los datos hablan por sí mismos : Nueve de los trece jóvenes que dispararon en contra de compañeros y maestros en EE. UU.el año pasado estaban tomando antidepresivos o medicamentos contra el ADHD.

Sin duda los principios que rigen la sociedad actual están afectado al colectivo más débil e influenciable , los niños. Estos son un aviso, una señal luminosa de que algo no funciona correctamente. Cuando se olvida que  la temporalidad de cada niño es diferente , cada caso único y  se  opta por la vía rápida en lugar de buscar una solución más costosa e irregular pero que no determine la futura calidad de vida de un infante  queda claro que  el Trastorno por Déficit de Atención es sólo la punta del iceberg de todo un sistema que supone que la infancia debe ser acallada, que se debe aplastar la denuncia que expresan  los niños sobre el malestar cultural.

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